miércoles, 14 de mayo de 2025

BARÓN PRÁŠIL

En Baron Prášil, la genial revisión de las aventuras del barón de Münchausen realizada en 1961 por Karel Zeman, encontramos dos divertidas escenas con el ajedrez como protagonista.

Karel Zeman (1910-1989) fue un director de cine checo, notable por sus largometrajes en los que mezclaba acción real y animación. Sus principales trabajos siguen un mismo patrón: un texto clásico, Jules Verne casi siempre, y un ilustrador clásico, Matthäus Merian, Paul-Dominique Philippoteaux, Gustave Doré... o contemporáneo, Zdeněk Burian.

Luego, acción real y mucha animación: tradicional dibujada a mano, fotograma a fotograma y todo tipo de efectos especiales.

Estamos en  el palacio del Sultán turco de Constantinopla, que por cierto está inspirado en los grabados que Gustave Doré hizo de la Alhambra después de su viaje por España. El barón de Münchausen y el supuesto selenita Tonik se disponen a rescatar a la princesa Bianca del Castello Nero, retenida en él.

Llegan a las dependencias del sultán, que se encuentra enfrascado en una partida de ajedrez. Sigilosamente, Münchausen llega a su lado. Pero queda absorbido por el juego, hasta el punto que no puede resistirse a indicar las jugadas al sultán. Este, al final, se pregunta de quién es esa mano que le esta soplando las jugadas. Descubiertos, empiezan a pelear, pero no por ello dejan de jugar al ajedrez. Al final, Münchausen da mate a su rival mientras de un disparo despacha a cuarenta bashi-bazouks. Quien desee saber quiénes eran estos últimos pueden echar una ojeada a esta entrada sobre Alexandre Bida.












El juego de ajedrez que vemos en la cinta es el conocido como «Club checo» y fue diseñado por el escultor Bohuslav Schnirch (1845-1901) en los años ochenta del siglo XIX. Schnirch fue un activo ajedrecista, llegando a presidir un club en Praga. Sus piezas fueron concebidas para crear un diseño auténticamente checo, ya que las piezas empleadas hasta el momento eran del modelo Viena, austriacas por consecuencia.

El diseño de Schnirch tuvo muchísimo éxito y pasó a ser el preferido de los clubes checos. Hasta el día de hoy, se han fabricado innumerables variantes de este modelo.

Liberada la princesa, Tonik, el barón y ella misma se embarcan. Después de batallas navales y tormentas, son tragados por una ballena. En el vientre de la ballena hay un barco con su tripulación y dentro del barco un camarote con un tablero de ajedrez. La ballena nada por debajo del polo norte, por lo que la princesa y el barón juegan al ajedrez bien abrigaditos. Posteriormente, una gran tempestad sacude el mar y la ballena se mueve al compás de los vientos. El barón y la princesa parecen bailar, las piezas de ajedrez los imitan.




En esta caso, los trebejos son de un antiguo modelo inglés, el llamada barleycorn.


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