Bajo este título, tomado de la revista que Javier Carpintero editó a mediados de la década de los 90, pretendo comentar las relaciones que el ajedrez ha mantenido y mantiene con la literatura y las artes plásticas.
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sábado, 22 de diciembre de 2007
EL AJEDREZ EN LA ERA GALÁCTICA
sábado, 15 de diciembre de 2007
EL MOVIMIENTO 36
La verdad es que en los tiempos que corren ya ni las extravagancias consiguen ser originales.
El arte le ha ganado la carrera a la ciencia. El brasileño Eduardo Kac ya había hecho lo propio en el año 2.000 con un conejo; en realidad con una conejita, Alba. El animalito había sido manipulado genéticamente para incorporarle un gen proveniente de una medusa que tiene la capacidad de brillar al ser iluminado por una luz especial. Había nacido el Arte Transgénico que, en palabras de su propio inventor, “es una nueva forma de arte basada en el uso de la ingeniería genética para transferir genes naturales o sintetizados a un organismo y así crear seres vivos únicos”. Parece de ciencia ficción, ¿verdad?
Bueno, ¿y qué? –se estará preguntando Vd., Lector-. ¿Qué tiene que ver esto con el ajedrez?
Pues tiene, porque una de las siguientes obras de Arte Transgénico es la siguiente:
Es también obra de Eduardo Kac y se llama Move 36 (Jugada o movimiento 36). Es una instalación en la que se presenta una mesa con un tablero de ajedrez cuyos escaques negros están hechos de tierra y los blancos, de arena blanca. El tablero está desprovisto de trebejos y en uno de los escaques crece una planta.
El título de la obra hace referencia a la segunda partida del match entre la supercomputadora Deep Blue y Kasparov celebrado en Nueva York en 1997 y que supuso la primera derrota de un Campeón del Mundo en ejercicio frente a un ordenador. Quiero decir en un encuentro a varias partidas, el propio Kasparov había perdido una partida contra una versión anterior de Deep Blue pero logró salir victorioso en el cómputo final.
El movimiento 36 de Deep Blue en la segunda partida del match fue considerado por Kasparov como una jugada impropia de un ordenador por su profundidad estratégica. La planta, lógicamente, crece en la casilla donde fue realizado el movimiento 36 de las blancas en dicha partida. Además, la planta ha sido modificada genéticamente. El artista ha incluido un nuevo gen en la planta. Un gen creado expresamente para esta obra y que traduce en código ASCII la máxima de Descartes: cogito ergo sum. La instalación se completa con unos paneles donde se proyectan diversas imágenes y que pretenden evocar a los jugadores ausentes.
Ha llegado el momento, Lector, de ver la partida en la que se inspira esta obra.
DEEP BLUE - KASPAROV,GARY KIMOVICH
C93 APERTURA RUY LÓPEZ, VARIANTE SMYSLOV
NUEVA YORK, 1997
1. e4 e5 2. Cf3 Cc6 3. Ab5 a6 4. Aa4 Cf6 5. O-O Ae7 6. Te1 b5 7. Ab3 d6 8. c3 O-O 9. h3 h6
10. d4 Te8 11. Cbd2 Af8 12. Cf1 Ad7 13. Cg3 Ca5 14. Ac2 c5 15. b3 Cc6 16. d5 Ce7 17. Ae3 Cg6
18. Dd2 Ch7 19 a4 Ch4 20. Ch4 Dh4 21. De2 Dd8 22. b4 Dc7 23. Tec1 c4 24. Ta3 Tec8 25. Tac1 Dd8 26. f4 Cf6 27. fe5 de5 28. Df1 Ce8 29. Df2 Cd6 30. Ab6 De8 31. T3a2 Ae7 32. Ac5 Af8
36. ab5
Así que éste es el movimiento que asombró a Kasparov, y b5 el escaque honrado con la designación como hogar de un ser vivo nuevo y nunca visto antes sobre la faz de la tierra. La posición merece un diagrama:
Por si a alguien le interesa, la partida terminó así:
36. … ab5 37. Ae4 Ta2 38. Da2 Dd7 39. Da7 Tc7 40. Db6 Tb7 41. Ta8 Rf7 42. Da6 Dc7 43. Dc6 Db6 44. Rf1 Tb8 45. Ta6
Y Kasparov abandonó.
La verdad es que en este punto estaba encantado de haber descubierto esta obra. No sólo incita a la reflexión sobre las fronteras que delimitan la capacidad de la mente humana y la capacidad de la llamada inteligencia artificial; a la reflexión sobre los límites de la ciencia, y también del arte, claro está. Además, a mi modo de ver, el hecho de ser b5 el escaque elegido refuerza su valor simbólico.
Sobre todo si consideramos que fue a esa casilla a la que llevó su alfil Ruy López de Segura en su obra de 1561 Libro de la invencion liberal y arte del juego de Ajedrez, considerado con justicia el primer tratado técnico sobre el juego. Esta jugada, Alfil a b5, fue el aporte más perdurable de Ruy López a la teoría de las aperturas. En su honor dicho sistema de apertura se conoce en todo el mundo como la apertura española, salvo en España donde se prefiere denominarla con el nombre de su creador. El éxito de la apertura de Ruy López fue tal que se ha seguido jugando hasta el día de hoy. Incluso en la partida que estamos comentando en estas páginas.
Es un hecho llamativo que el destronamiento del ser humano (Kasparov puede considerarse el último campeón del mundo absoluto de ajedrez. Kramnik, su sucesor, sólo será ya el campeón humano del mundo) en la supremacía del ajedrez se haya producido con la apertura que ideó el que es considerado oficiosamente como el primer campeón del mundo. Extraño hermanamiento entre el primero y el último de una estirpe.
Pero una mirada más detenida a la obra de Kac echó un borrón en mi entusiasmo.
Como puede verse en la imagen de arriba, la planta está creciendo en un escaque negro. Lógico si recordamos que las casillas negras son de tierra y las blancas, de arena. Pero, ¡coño!, b5 es un escaque blanco. Ya lo era en tiempos de Ruy López y lo sigue siendo ahora. Alguien, el autor o algún empleado de la galería donde se exhibió la obra, depositó la semilla o trasplantó el plantón a otra casilla. ¡La planta transgénica está creciendo en la casilla equivocada!
Yo no sé a Vd, Lector, pero a mí me ha sacudido un escalofrío. En los libros de terror que devoraba con pasión en mi juventud, un pequeño error, como éste, solía ser el desencadenante de las más horribles catástrofes.
jueves, 29 de noviembre de 2007
EL BLANCO ABANDONA
Un mate ya inevitable obliga al jugador de las blancas al abandono. La jugadora de las negras observa con aire duro e indiferente a los espectadores mientras el niño, proyección de un esperable renacimiento espiritual, juega melancólicamente con el alfil blanco. El gato, que junto con el ajedrez representa el elemento mágico-simbólico del cuadro, provoca la caída de los cosméticos del bolso de la jugadora, revelando su auténtica naturaleza hipócrita. La lectura del cuadro permite también interpretarlo como una alegoría clásica que identifique a la jugadora negra con la muerte. Por ultimo diré que el cuadro lanza una tímida advertencia: con demasiada frecuencia la conciencia de lo que acontece a nuestro lado nos ilumina sólo cuando ya no se puede hacer nada, pero como nos enseña el real juego, si no podemos refutar un mate, tenemos el deber de al menos comenzar una nueva partida.El cuadro, además, esconde un guiño dedicado al espectador aficionado al ajedrez. La posición representada corresponde a la que se dio después de la vigésimo primera jugada de las negras en la partida que disputaron Robert Byrne y Bobby Fischer en el campeonato de los EE.UU. de 1963.
La actuación de Fischer en éste campeonato, que tenía la condición de zonal clasificatorio para el siguiente ciclo del campeonato del mundo, fue extraordinaria: +11 –0 =0. Esta partida causó una honda impresión entre los participantes del torneo. Posteriormente, el propio Byrne, al comentar la partida para la revista Chess Life, dijo: «estaba preguntándome por qué Bobby habría elegido una continuación tan evidentemente mala como 18... Cd1 cuando efectuó la brillante 18... Cg2!! Entonces comprendí que Bobby no estaba interesado en ganar material sino que el objetivo de su ataque era el rey blanco. Este asombroso movimiento provocó una conmoción... La combinación era tan profunda que, en el momento en que yo abandoné, dos grandes maestros que estaban comentando la partida para los espectadores en una habitación contigua pensaron que yo había ganado».
Fischer obviamente quedó muy contento con la partida y posteriormente la incluyó en su libro Mis 60 mejores partidas. Prácticamente no hay antología de las mejores partidas del siglo XX que no la incluya en su selección. Si algún lector desea profundizar en su análisis, la partida está extensamente comentada en el tomo 4 de Mis geniales predecesores de Garry Kasparov o en la página web de A.J. Goldsby.
A continuación, para deleite del esforzado lector que haya llegado hasta aquí, veamos la partida en cuestión que fue galardonada con el premio de belleza del torneo.
Robert Eugene Byrne - Robert James Fischer
D71 Defensa Grünfeld
Nueva York, 1963
1. d4 Cf6 2. C4 g6 3. g3 c6 4.Ag2 d5 5. cd5 cd5 6.Cc3 Ag7 7.e3 O-O 8. Cge2 Cc6 9. O-O b6 10. b3 Aa6 11. Aa3 Te8 12. Dd2 e5 13. de5 Ce5 14. Tfd1 Cd3 15. Dc2 Cf2 16. Rf2 Cg4 17. Rg1 Ce3 18. Dd2 Cg2 19. Rg2 d4 20. Cd4 Ab7 21. Rf1 Dd7
Y en esta posición, que es la representada en el cuadro, Byrne abandonó.
COLECCIÓN PARTICULAR
miércoles, 29 de agosto de 2007
EL CABALLERO ZIFAR
La ilustración que precede a estas líneas corresponde a un manuscrito, conservado en
Lo que parece estar claro para todos es que se trata del primer libro de caballerías, la primera novela, escrito en lengua castellana.
La historia está dividida en tres partes. Las aventuras del caballero Zifar y su proceso de ascenso social hasta llegar a convertirse en rey de Menton. Los consejos que, una vez entronizado, da a sus hijos sobre el arte de la caballería. Y, finalmente, las aventuras de su hijo Roboan y del proceso de ascenso social que le llevará a ser emperador de Trigida.
Es, pues, central el tema del mejoramiento social por méritos personales y las condiciones y virtudes que debía tener un caballero para aspirar a él. Entre otras cosas de mayor enjundia, el dominio del juego del ajedrez parece ser una de ellas.
En
Ca ellos bofordauan muy bien e lançauan, e ninguno non lo sabian mejor fazer que ellos, nin juego de tablas nin de axedres, nin de caçar con aues, eran muy bien razonados e retenian muy bien quequiera que les dixiesen, e sabian lo mejor repetir con mejores palabras e mas afeytadas.
Una vez que consigue ganar un reino y reunirse con su familia, Zifar acomete la instrucción de sus hijos:
E deuedes ser bien acostumbrados en alançar e en bofordar e en caçar e en jugar tablas e axadres, e en correr e luchar…
Por último, cuando Rodoban, siguiendo el ejemplo de su padre, parte para intentar mejorar su suerte, allí por donde va, destaca entre el resto de los caballeros:
E el que lo mejor fazia esto entrellos era el infante Roboan, quando lo omençaua; ca este era el mejor acostunbrado cavallero mançebo que ome en el mundo sopiese, ca era mucho apuesto en sy, e de muy buen donario e de muy buena palabra e de buen resçebir, e jugador de tablas e de axadres, e muy buen caçador de toda aue mejor que otro ome…
Así pues, el tópico ajedrecístico se desarrolla en un triple aspecto. El primero, cuando los hijos de Zifar están criándose en un ambiente que no es el que les toca por cuna, demuestran su nobleza en su desenvoltura en actividades propias de caballeros como la caza, la lucha y el ajedrez. En segundo lugar, y una vez reconocida su condición real, su padre les estimula a perseverar en el dominio de las mismas artes, ajedrez incluido. Y terminan, cuando Roboan es un joven caballero en busca de fortuna, mostrando que uno de los adornos de su condición es la destreza en estas artes.
Prestemos ahora atención a la miniatura en sí.
Evidentemente no se corresponde con ninguno de los pasajes reseñados del libro. Si nos atenemos al lugar en que está situada en el manuscrito, ilustra el momento en que Zifar, desde los muros de la villa de Galapia, donde ha acudido, como buen caballero, en socorro de la señora del lugar que está siendo hostigada por unos malos, está evaluando las fuerzas de la hueste con la que se ha de enfrentar.
Este hecho resalta la alta consideración que el hombre medieval tenía del juego como entretenimiento adecuado para los caballeros, ya que el miniaturista ha representado de forma muy destacada la escena ajedrecística en un momento crucial de la trama: justo cuando están a la espera para entrar en batalla.
FICHA TÉCNICA
Libro del Caballero Zifar. Edición de Cristina González. Cátedra.
sábado, 4 de agosto de 2007
ELEMENTAL, QUERIDO WATSON
En ella encontramos la siguiente secuencia:
El Dr. Mortimer (Francis de Wolf, al que Arsenio Corsellas presta su voz en la versión castellana) acude al despacho de Sherlock Holmes (Peter Cushing, José Luis Sansalvador), el célebre 221b de Baker Street, para informar de un crimen que parece tener relación con una leyenda del pasado.
Mientras el Dr. Mortimer cuenta la terrible historia de la vida y muerte de Hugo de Baskerville (David Oxley, Isidro Sola) y de la maldición asociada a su familia desde entonces a Watson (André Morell, Felipe Peña) y Holmes, éste escucha, repantigado en su sillón, con una mano cubriéndole el rostro y sumido en profundas reflexiones, al lado de un tablero de ajedrez. Al terminar el discurso del Dr. Mortimer y ser requerida su opinión, Holmes, antes de contestar, abre un ojo, lanza un Eureka, se incorpora, juega Dc4 mate con ademanes más propios de un jugador de café que de un sesudo detective, se frota las manos y ríe satisfecho.
La cosa no es para tanto. Para empezar, el tablero está mal colocado. Desde la perspectiva de Holmes el cuadro negro queda a su derecha por lo que, o el genial detective compuso mal la disposición de los trebejos desde el principio o estaba jugando desde un lado del tablero. Pero, además, la posición que muestra la pantalla y que se reproduce en el siguiente diagrama
no da para tanta alharaca. El equilibrio material está inclinado de forma decisiva para el bando de las blancas, el que defiende Holmes, por no mencionar la insólita disposición de las piezas negras: el alfil en h1, el peón doblado en c2, el rey en b3. Además, el hecho de que Holmes no tenga rival sugiere que está jugando por correspondencia o resolviendo un problema o un estudio. En cualquier caso, causa sonrojo que un mate en una bastante simple cause tanta satisfacción en una persona que pasa por ser un gran lógico y un fino observador del mundo que le rodea.
Realmente, Terence Fisher, o sus ayudantes, no estuvieron finos en este tema.
martes, 3 de julio de 2007
MISS JUNIO 1956. PLAY BOY CHESS
lunes, 2 de julio de 2007
MEMENTO MORI
Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se hizo un silencio en el cielo…Apocalipsis 8,1
EL CABALLERO
¡Un momento! Tú juegas al ajedrez, ¿verdad?
LA MUERTE
¿Cómo lo sabes?
EL CABALLERO
Lo he visto en pinturas y lo he oído en canciones.
jueves, 28 de junio de 2007
MI REINO POR UN CABALLO...
Próspero descubre a Ferdinand y Miranda jugando al ajedrez
SÓLO UN PEÓN EN SU JUEGO
A bullet from the back of a bush
took Medgar Evers' blood.
A finger fired the trigger to his name.
A handle hid out in the dark
A hand set the spark
Two eyes took the aim
Behind a man's brain
But he can't be blamed
He's only a pawn in their game.
A South politician preaches to the poor white man,
"You got more than the blacks, don't complain.
You're better than them, you been born with white skin", they explain.
And the Negro's name
Is used it is plain
For the politician's gain
As he rises to fame
And the poor white remains
On the caboose of the train
But it ain't him to blame
He's only a pawn in their game.
The deputy sheriffs, the soldiers, the governors get paid,
And the marshals and cops get the same,
But the poor white man's used in the hands of them all like a tool.
He's taught in his school
From the start by the rule
That the laws are with him
To protect his white skin
To keep up his hate
So he never thinks straight
'Bout the shape that he's in
But it ain't him to blame
He's only a pawn in their game.
From the poverty shacks, he looks from the cracks to the tracks,
And the hoof beats pound in his brain.
And he's taught how to walk in a pack
Shoot in the back
With his fist in a clinch
To hang and to lynch
o hide 'neath the hood
To kill with no pain
Like a dog on a chain
He ain't got no name
But it ain't him to blame
He's only a pawn in their game.
Today, Medgar Evers was buried from the bullet he caught.
They lowered him down as a king.
But when the shadowy sun sets on the one
That fired the gun
He'll see by his grave
On the stone that remains
Carved next to his name
His epitaph plain:
Only a pawn in their game.