Hombres jugando al ajedrez, del húngaro Martin Munkácsi. Realizada en los años 30 en los EE. UU., a donde llegó después de haber trabajado en Hungría y Alemania.
Munkácsi empezó como fotógrafo deportivo y sus instantáneas destacaron pronto por su dinamismo y por rescatar momentos que pasaban desapercibidos a todos los demás. Al poco tiempo, fue promocionado a fotorreportero, aunque siguió con los mismos principios: dinamismo a ultranza, fascinación por la vida moderna, rápida y vibrante, con insólitos puntos de vista y, sobre todo fotografía directa y callejera.
En 1934, fue aun más lejos. Recibió un encargo para hacer un reportaje de moda para Harper's Bazaar. En aquella época, la fotografía de moda se realizaba en estudio o en entornos muy controlados, con poses muy estudiadas y una iluminación tendente a resaltar los detalles. Munckási, por el contrario, se llevó a la modelo Lucile Brokaw a la playa y la puso a correr y saltar sobre la arena. El éxito fue inmediato. Puede que las fotografías no fueran nítidas, puede que también estuvieran movidas, puede incluso que no se viera bien la ropa, pero transmitían algo que fascinó al público y que no se había visto antes: alegría.
Pese a su importancia en el mundo de la fotografía, y a que fotógrafos como Henri Cartier-Bresson y Richard Avedon lo señalaran como maestro, ninguna universidad quiso hacerse cargo de su archivo a su muerte y este terminó dispersándose por todo el mundo. Hoy es un maestro al que se sigue imitando.
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