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miércoles, 28 de abril de 2021

CHARLES SIMIC / LUCA MORELLI

CUANDO JUEGAS AL AJEDREZ SOLO, SIEMPRE ES TU TURNO

When you play chess alone it's always your move



Charles Simic
School for visionaries
Jackstraws
Harcourt Brace. New York, 1999

Ilustración Luca Morelli



lunes, 26 de abril de 2021

MEMORIAS TRISTES DE LA TORRE AZUL


Hija de rey, esposa de conde, mimada por la vida, Leonora Christina de Schleswig-Holstein, condesa de Ulfeldt (1621-1698) vio su existencia truncada cuando su marido, Corfitz Ulfeldt, quien detentaba un cargo asimilable al de primer ministro, fue acusado de conspirar contra la monarquía. Una monarquía absoluta, encarnada en la persona de Federico III, hermanastro de la condesa, que admitía pocas bromas sobre los fundamentos de su poder.

Leonora Christina había recibido una esmerada educación: historia, pintura, idiomas (latín, francés, alemán; y ya de adulta: italiano, español, inglés y holandés), música... y luego cosas como bordado y costura. Y fue una persona muy influyente en la corte

Fugitivos de la justicia del rey, emprendieron una rocambolesca huida por varios países en la que, entre otras peripecias, la condesa tuvo que disfrazarse de hombre para escapar a uña de caballo de sus perseguidores, abrirse paso con las armas en la mano y trenzar una cuerda con las sábanas de su camastro, una vez que fueron detenidos e internados en el calabozo de un castillo, para descolgarse desde una ventana, salvar el foso, y escabullirse una vez más.

Capturada por fin, no así su marido que escapó, fue internada en la torre azul del castillo de Copenhague. Allí padeció la animadversión del rey y de su esposa, Sofía Amelia. La pretensión de los monarcas era que declarara en contra de su marido y que admitiese estar al tanto de la conspiración. No lo lograron. Veintiún años, nueve meses y once días aguantó sin delatar a su marido ni autoinculparse de delito alguno. Y eso que la presión fue feroz. Los primeros años de su cautiverio estuvo privada de todo. No podía tener libros, no podía tener recado de escribir, no podía tener útiles de costura. Las promesas de libertad, si traicionaba a su marido, corrieron el mismo destino que las amenazas. Leonora Christina se mantuvo fiel incluso después de que su marido hubiera muerto.

Tenía por única compañía a una serie de mujeres, que iban cambiando cada poco tiempo, muy predispuestas en su contra y que eran realmente espías que registraban todo cuanto decía para informar a los reyes. Los alcaides de la prisión se dedicaron también a hacerle la vida imposible y, al menos, uno de ellos intentó violarla en una ocasión.

La condesa sobrevivió a sus penurias de la mano de la religión y de la literatura. Recogía en una cuchara el hollín de las velas para fabricar tinta y empleaba los papeles de envoltorio que caían en sus manos. Como el calabozo que ocupaba estaba infestado de chinches y otros insectos, Christina se dedicó a estudiar sus comportamientos. Escribió cartas a sus hijos, salmos, poesía, una serie de biografías de mujeres notables de la historia y, sobre todo, la memoria de sus prisiones. Hoy día es un clásico de las letras danesas del siglo XVII.

La muerte del rey en 1670 suavizó algo su cautiverio. Su sucesor, Cristian V, se mostraba partidario del perdón. Se le permitió tener cosas, recibir visitas y se le concedió una pequeña asignación que gastaba fundamentalmente en libros. Sin embargo, hasta la muerte de la madre del rey en 1685, no pudo ser liberada. Todavía vivió 13 años, que dedicó a completar su obra literaria.

Con esta vida, no es extraño que su figura haya cautivado a escritores y artistas. Entre ellos el principal fue Kristian Zahrtmann (1843-1917), un pintor de la época del Realismo que destinó a la pintura de historia gran parte de su producción. 

Las memorias de Leonora Christina no se publicaron hasta 1869, 171 años después de su muerte, y Zahrtmann recibió un ejemplar como regalo de cumpleaños. Quedó fascinado por la lectura del libro y emprendió una serie de dieciocho grandes óleos realizados entre 1871 y 1916 reflejando episodios de su vida.

Probablemente el último de la serie es este Leonora Christina y el doctor Otto Sperling jugando al ajedrez. Otto Sperling compartió dieciocho años de cautiverio con Leonora Christina, acusado de participar en la misma conspiración que ella, es considerado hoy en día un precursor de lo que se conoce como ciencias de la tierra. También escribió sus memorias en la torre azul.


FICHAS TÉCNICAS

PEDER HENRIK KRISTIAN ZAHRTMANN
LEONORA CHRISTINA OG DOKTOR OTTO SPERLING VED SKAKSPILLET (1916)
LEONORA CHRISTINA Y EL DR. SPERLING JUGANDO AL AJEDREZ
ÓLEO SOBRE LIENZO. 67 x 82 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

LEONORA CHRISTINA
MEMORIAS TRISTES DE LA TORRE AZUL
FUNAMBULISTA. MADRID, 2021
TRADUCCIÓN DE JORGE SIMÓN IZQUIERDO DÍAZ



domingo, 25 de abril de 2021

A ORILLAS DEL MAR NEGRO

Fotografía de Yuri Somov. Muestra un centro de descanso ubicado a orillas del río Buh, cerca de su desembocadura en el Mar Negro, en los años 70 del siglo XX.

 

viernes, 23 de abril de 2021

UN DIPLOMÁTICO JUEGO DE AJEDREZ


Viñeta del caricaturista iraní Mana Neyestaní (1973). ¿Será el ajedrez la continuación de la guerra por otros medios?

miércoles, 21 de abril de 2021

WYNN BULLOCK


Chess game (Partida de ajedrez) es una obra de 1955 de Wynn Bullock en la que aparecen el poeta Eric Barker y la hija mayor del fotógrafo, Mary Wynne Bullock. 

Bullock fue un reputado fotógrafo estadounidense, muy influido en sus comienzos por la fotografía pura de Edward Weston. Participó en la que posiblemente es la más famosa exposición de fotografía de la Historia, The Family of Man (La familia del Hombre), organizada en 1955 por Edward Steichen en el MOMA de Nueva York. 

Fotógrafo con hondas preocupaciones intelectuales, su producción fotográfica recurrió a multitud de técnicas. Experimentó con el color y la abstracción, con exposiciones muy prolongadas, con multiples tomas, siempre buscando descubrir la esencia de los objetos más allá de su apariencia exterior.

Chess game pertenece todavía a su época realista, pero algo en la posición de los jugadores, en el humo del cigarrillo que fuma la chica, en la luz que penetra en la casa de madera, da cierta sensación de irrealidad a la foto de un acontecimiento perfectamente cotidiano.

Según contó otra hija del fotógrafo que presenció la realización de la toma, la partida fue espontánea y al pasar Bullock por la habitación vio la posibilidad de conseguir una imagen interesante. Hizo varias tomas de las que seleccionó para publicar la que encabeza esta líneas.

A mí, lo que más me llama la atención de la foto es lo incómoda que parece ser el sitio que han elegido para jugar, que obliga, sobre todo a la chica, a adoptar una postura muy forzada. Además, al estar jugando sobre un tablero que es más grande que la mesa que lo soporta, los jugadores no tienen sitio para poner las piezas capturadas y han tenido que ir dejándolas donde podían. En el suelo el poeta, y en la mesa que tiene a su espalda Mary. 



lunes, 19 de abril de 2021

EMIL DIEMER POR OTTO LOHMÜLLER



Otto Lohmüller (1943) es un pintor, escultor e ilustrador alemán de estilo realista que ha centrado su obra preferentemente en el campo de la infancia. No sin notables excepciones, como este retrato de 1982 del excéntrico jugador de ajedrez Emil Diemer (1908-1990). Nazi —lo que le ocasionó muchos problemas en posguerra—, admirador de Nostradamus y visitante recurrente de instituciones mentales, Diemer fue un jugador menor cuya insistencia en emplear aperturas no ortodoxas le granjeó finalmente la fama eterna al quedar asociado su nombre al gambito Blackmar-Diemer: 1 d4 d5 2 e4 de4 3 Cf3 Cf6 4 f3. Apertura dudosa, quizá, pero francamente divertida.

sábado, 17 de abril de 2021

WICKED THINGS


Wicked Things es una serie de cómics editada por Boom! Studios con guion de John Allison y dibujos de Max Sarin. Cuenta la historia de Charlotte «Lottie» Grote, una detective adolescente, que es acusada injustamente de asesinato. 

Bajo arresto domiciliario, Lottie utiliza a sus contactos del hampa para intentar resolver el caso. Uno de estos resulta ser ajedrecista.









FICHA TÉCNICA
JOHN ALLISON (GUION)/MAX SARIN (DIBUJOS)
WIKCED THINGS
BOOM! STUDIO. LOSN ANGELES, 2020



 

martes, 13 de abril de 2021

PAVEL FILIN


El checo Pavel Filin pintó esta acuarela después de ver que una niña hablaba con un amigo invisible frente a un tablero de ajedrez.

No hablaremos mucho de la obra. El artista cree que las imágenes no necesitan «literatura» ni comentarios; que los artistas no deben esconderse detrás de los discursos. Una obra de arte se mueve en el plano visual y contiene en sí misma toda la información necesaria. Si algo no se entiende, las palabras no servirán de ayuda. 

Es una forma de verlo.

FICHA TÉCNICA
PAVEL FILIN
JUGANDO AL AJEDREZ (2018)
ACUARELA SOBRE PAPEL. 21,59  x 30,48 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

 

sábado, 10 de abril de 2021

EL CORAZÓN ES UN CAZADOR SOLITARIO, DE CARSON McCULLERS


En la primera novela de Carson McCullers, El corazón es un cazador solitario, uno de sus personajes principales, si no el principal, juega frecuentemente al ajedrez. Se trata de John Singer, un sordomudo inteligente y bondadoso, cuya figura apacible se convierte en una referencia para sus vecinos.

Ambientada en una desasosegante población del sur de los Estados Unidos, la novela nos muestra la impotencia ante adversidad de unos personajes marginados, empobrecidos e incapaces de alterar el curso de sus vidas. Y, sobre todo, extremadamente solitarios. 

La soledad rezuma por cada renglón del libro. La soledad de una adolescente sensible e incomprendida, la soledad de un trabajador de ideas marxistas en el país epítome del capitalismo, la soledad de un doctor de raza negra ante la incomprensión que sus medidas reformistas encuentran entre su propia gente, la soledad del propietario de un pequeño negocio que ve como su vida va perdiendo progresivamente sentido.

Todos esos personajes, sin embargo, se sienten acompañados por John Singer. Toman su bonhomía por empatía, su silencio por afinidad, su educación por comprensión. Singer satisface las necesidades de comunicación de las personas que le rodean pese, o quizá por, ser sordomudo. Sin embargo, y a pesar de su condición, ninguno de los personajes que orbitan en torno a él parece preguntarse nunca si Singer tiene alguna necesidad similar.

Como hemos dicho, Singer es retratado como una persona muy aficionada al ajedrez, aunque pocas veces juega. En su cuarto, el tablero de ajedrez está siempre presente, y en numerosas ocasiones se lo describe moviendo las piezas. Aunque jugar contra rivales lo hace poco. Y cuando lo hace difícilmente puede llamarse una partida. El párrafo que sigue nos muestra la única partida que se describe en el libro. La disputan John Singer y Spiros Antonapoulos. 
En ocasiones, los mudos jugaban al ajedrez por la noche. Singer siempre había disfrutado mucho con este juego, y años atrás había intentado enseñárselo a Antonapoulos. Al principio su amigo no logró interesarse en las razones por las que se mueven las piezas en el tablero. Más tarde Singer empezó a guardar una botella de algo bueno debajo de la mesa para tomar después de cada lección. El griego nunca consiguió comprender los movimientos extravagantes de los alfiles y la movilidad arrolladora de las damas, pero aprendió a efectuar algunas jugadas de apertura corrientes. Prefería las piezas blancas y no jugaba si le tocaban las negras. Después de los primeros movimientos, Singer proseguía el juego solo mientras su amigo observaba soñolientamente. Si Singer realizaba brillantes ataques contra sus propias piezas de modo que al final el rey negro recibía jaque mate, Antonapoulos se sentía siempre orgulloso y encantado.

Spiros es también sordomudo y comparte un cuarto con Singer y son amigos estrechos. Los comentaristas del libro han especulado mucho sobre una posible relación homosexual entre los dos hombres. Y la enfermedad mental que afecta al griego al principio de la novela, y que determina su ingreso en una institución mental, marcará el obligado distanciamiento de la única persona que quizá hubiera podido comprenderle.

Probablemente, Singer, a falta de rivales, se dedicaba a estudiar finales o a resolver problemas con su «bonito tablero» y «sus preciosas piezas de ajedrez». Y el ajedrez habría sido así el único lenitivo de su soledad. 



FICHA TÉCNICA
CARSON McCULLERS
EL CORAZÓN ES UN CAZADOR SOLITARIO
SEIX BARRAL. BARCELONA,
TRADUCCIÓN DE R. M. BASSOLS

 

jueves, 8 de abril de 2021

VLADIMIR LYUBAROV


A Vladimir Lyubarov (1944) se le compara frecuentemente con con el aduanero Rousseau, por el estilo naif de sus composiciones, y a Marc Chagall, por la iconografía judía de puebla sus cuadros. Y ambas afirmaciones parecen ser ciertas.

Lyubarov trabajó fundamentalmente para la industria editorial soviética (y después rusa) con sede en Moscú, hasta que en 1991 decidió abandonar la capital e instalarse en el campo. Eligió el pueblo de Peremilovo. Allí recuperó sus orígenes judíos y se dedicó a retratar, en el estilo naif que se le atribuye, las costumbres de los judíos de la Unión Soviética, mostrándolas de una manera humorística, tierna y fantástica.

Me encanta el gato que hace mutis en la esquina inferior derecha.

FICHA TÉCNICA
VLADIMIR LYUBAROV
LA RÉPLICA
ÓLEO SOBRE LIENZO. 60 x 70 CM.
COLECCIÓN PARTICULAR

Mi amigo Armen Galstyan me ayudó, como siempre, con el idioma ruso.

Al publicar esta entrada, escribí equivocadamente que el tablero estaba mal colocado, lo que obviamente no es así. Lo cierto es que en la última lectura me di cuenta del error, pero a la hora de publicar se me olvidó rehacer el último párrafo. Cosas del cansancio. Dos comunicantes anónimos se apresuraron a recordármelo. Se lo agradezco. Ya está corregido.

sábado, 3 de abril de 2021

CYRIL BOUDA


Una taza de té o café; los útiles para fumar: pipa, cigarrillos, cenicero, mixtos...; un tablero con el rey negro en posición de mate, y un gato curioso componen este bodegón de Cyril Bouda (1901-1984), un autor checo al que encaja bien el calificativo de polifacético: pintor, ilustrador de libros, diseñador de tapices, diseñador de billetes y sellos postales, diseñador de ex-libris, autor de películas de dibujos animados y profesor. 

Es el bodegón un género pictórico que hunde sus raíces en la Antigüedad, en donde se colocaban en la entradas de las casas, como anticipo para los invitados de los manjares con que se le iba a obsequiar, y que ganó en complejidad y valor simbólico durante las edades Media y Moderna, en las que detrás de flores y viandas, de vasijas y perolas, se escondía muchas veces una alegoría moral o un aviso religioso, no en vano Teresa de Ávila escribió que también «entre los pucheros anda el Señor».

Desacralizado el tema, como en este caso, ha pasado a representar la comodidad burguesa, la felicidad que ofrecen los pequeños placeres domésticos. El olor del café, el tabaco —¡ay, el tabaco!— y el ronroneo de un gato son sin duda algunos de esos vicios todavía impunes, al menos parcialmente, por más que el mate del tablero nos de un aviso para el futuro y el cenicero contenga una amarga reflexión sobre la vida.

Esta se expresa mediante un proverbio italiano del siglo XVI, grabado en el arquitrabe de un edificio de la localidad de Ascoli Piceno, que dice: 

Chi pó non vó, 
chi vó non pó, 
chi sa non fa, 
chi fa non sa, 
e cosí il mondo male va! 

Lo podemos traducir por «quien quiere no puede, quien puede no quiere, quien sabe no hace, quien hace no sabe; y así va el mundo: mal». 

Quizá algunas cosas no hayan cambiado tanto en los últimos cinco siglos.

FICHA TÉCNICA
CYRIL BOUDA
ZÁTIŠÍ SE ŠACHOVNICÍ (BODEGÓN CON TABLERO DE AJEDREZ), 1942
ÓLEO SOBRE TABLA. 39,5 x 49,5 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR

viernes, 2 de abril de 2021

XAVIER PARMENTIER

 Solo sé contar hasta ocho y leer hasta la letra h

Xavier Parmentier (1963-2016)
Entrenador de los equipos juveniles de Francia
En «El rey de Bengala»
Fahim/Xavier Carpentier/Sophie le Callennec
Grijalbo. Barcelona, 2016



jueves, 1 de abril de 2021

EL REY DE BENGALA


Probablemente escrito para aprovechar el tirón de una noticia que fue portada en la prensa francesa y de la que se hizo eco la de otros muchos países (en España tuvo cierta cobertura mediática), El rey de Bengala cuenta la historia de un niño bangladesí, emigrante sin papeles, que evita in extremis ser deportado de Francia al proclamarse campeón nacional de ajedrez en la categoría de menores de doce años.

Lo primero que encontramos es que la verdadera autora del libro no aparece ni en la cubierta ni en la portada. Ahí solo vemos el nombre del niño, Fahim, y el de su profesor de ajedrez y valedor, Xavier Parmentier. Solo en el prólogo nos enteramos que la autora fue Sophie le Callennec. Una de tantas escritoras (o escritores) por encargo que ven sus nombres olvidados por una praxis editorial muy cuestionable.

La historia de Fahim (2000) se resume brevemente, aprende a jugar a los cinco años de la mano de su padre, que regenta un club de ajedrez en Daca. El niño se interesa por el juego y va progresando poco a poco. En el primer torneo que participa logra, como premio, recibir clases de un Maestro FIDE. A partir de aquí, su progreso es rápido y espectacular. Gana torneo tras torneo y comienza a llamar la atención de la prensa.

Sin que quede claro el porqué, en este punto Fahim y su padre tienen que emigrar. Se insinúan motivos políticos, envidia por los éxitos que se materializan en amenazas de secuestro y varias cosas más. Como sea, el exilio es su elección. Destino Madrid, pasan primero por Budapest y luego por París, donde acaban por instalarse, primero provisionalmente y después definitivamente. Allí tiene la suerte de encontrarse con Xavier Parmentier, un prestigioso monitor de categorías juveniles e infantiles (1963-2016), quien supo intuir el talento de Fahim y se convirtió en su entrenador. Y la mala suerte de encallar con las administraciones públicas francesas. 

El alejamiento de su madre, que ha quedado en Bangladés, los problemas de adaptación a un nuevo país, las dificultades para poder conseguir los papeles que garantizaran su estancia en Francia, las fluctuaciones de su juego al vaivén de esos problemas y la necesidad de ganar para intentar ablandar a las autoridades, componen el grueso de la novela. El cínico comentario de un juez de menores francés citado en el libro resume muy bien la situación: «si nos ofreces la perspectiva de traer una medalla (...) dentro de un mes te llevarás la sorpresa de que tu abuelo era francés». Y así pasa, cuando van a ser expulsados, Fahim consigue ganar el campeonato, la prensa comienza a hacer ruido y las autoridades cambian de opinión. Final feliz

Pero no tanto, en el epílogo vuelve a tener voz la escritora del libro que nos recuerda que las heridas que Fahim y su padre han recibido no se borran simplemente con unos papeles. 

Se echa en falta un mejor tratamiento de lo exclusivamente ajedrecístico, las partidas están contadas desde el punto de vista de un neófito (probablemente debían haberle cedido la palabra en este punto a Xavier Parmentier). Y sobre todo un tratamiento más profundo del problema de la emigración, quizá en la línea del periodismo de investigación, de los niños emigrantes y de la hipocresía de las sociedades receptoras.

FICHA TÉCNICA
FAHIM/XAVIER PARMENTIER
EL REY DE BENGALA
GRIJALBO. BARCELONA, 2016
TRADUCCIÓN DE MARÍA PONS IRAZAZÁBAL