Páginas

sábado, 13 de junio de 2020

LA VARIANTE LÜNEBURG

Hoy vamos a ocuparnos de un clásico de la literatura de temática ajedrecística: La variante Lünenburg, de Paolo Maurensig. Maurensig (1943) logró un extraordinario éxito con esta novela, que fue traducida a varios idiomas y alcanzó cifras de ventas espectaculares, lo que le permitió a su autor, ya entrado en años, poder dedicarse en exclusiva a la literatura. El escritor italiano es aficionado, ¡cómo no!, al ajedrez y participa de vez en cuando en torneos abiertos. Del juego ha sacado grandes dosis de inspiración ya que, además de la que comentamos, ha publicado las novelas Teoría de las sombras (Gatopardo ediciones; Barcelona, 2017) sobre la muerte de Alekhine; L'Arcangelo degli scacchi (2014), sobre Morphy; L'Ultima traversa (2018), sobre Harrwitz, y la reciente Il gioco degli dei, sobre Sultan Khan (2019). Ninguna de estas tres últimas ha sido editada todavía en castellano.  

Paolo Maurensig delante de una tablero de ajedrez

En una entrevista para la RAI, Maurensig comentó que la idea de la novela se la proporcionó un anciano maestro yugoslavo quien, durante un viaje en tren, le contó que probablemente había salvado la vida en la II Guerra Mundial porque su superior en el ejército no lo enviaba al frente para poder jugar con él al ajedrez. El autor no declara quién pudiera ser ese «anciano maestro yugoslavo».

Pertenece esta novela a lo que podríamos clasificar casi como un subgénero; la novela de nazis con temática ajedrecística. La lista es considerable: Tablas por segundos, de Icchokas Meras; Amphitryon, de Ignacio Padilla; El jugador de ajedrez, de Julio Castedo; y hasta, si me apuran, Los vampiros de la mente, de Dan Simmons. Más adelante hablaremos también de un clásico indiscutible: La novela de ajedrez de Stefan Zweig.

Cubierta de una edición de bolsillo italiana

Es una costumbre inveterada de este blog contar el final de las obras que se analizan, así que, si todavía no ha leído la novela, piense muy bien si seguir adelante con la lectura de este artículo.

En los años anteriores a la II Guerra Mundial, dos ajedrecistas se perfilan como posibles candidatos al título mundial de ajedrez: un joven miembro de una acaudalada familia judía, Tabori podría ser su nombre, y un alemán de clase media simpatizante del nacionalsocialismo, pongamos que Frisch. El ario muestra desde el principio una fuerte animadversión contra el judío, acrecentada por el hecho de que en ninguno de los dos enfrentamientos directos que tienen logra vencerlo, las dos partidas fueron salvadas con sendas tablas.


Cubierta de una edición francesa de Seuil

El ascenso del nazismo y la guerra frenan la actividad ajedrecística en Europa y la siguiente vez que ambos jugadores se encuentran concurren unas circunstancias totalmente distintas. Tabori ha sido internado en el campo de concentración de Bergen-Belsen del que Frisch, ahora un oficial de las SS, era comandante. Frisch ve en esto la oportunidad de dirimir de una vez por todas la cuestión de quién es mejor ajedrecista de los dos y organiza un encuentro entre ambos. 

Consciente de que disputar un match de ajedrez quizá no fuera la principal prioridad de un judío recluido en un campo de concentración —es difícil obligar a algo al que nada tiene— Frisch decide asegurarse la participación activa de Tabori mediante un método expeditivo: se apostarán la vida de varios prisioneros en cada partida. Así, tal cual. La vida en una partida de ajedrez. Del encuentro sale vencedor Tabori, pero las derrotas padecidas le cuestan la vida a veinticuatro personas cuyo recuerdo le acompañará de por vida. 


Cubierta de la edición española de Tusquets

Terminada la guerra, los destinos de ambos se alejan. Frisch, amparado bajo una nueva identidad, medra en la nueva sociedad de posguerra y se convierte en un exitoso empresario y en editor de revistas especializadas en ajedrez; Tabori mientras tanto languidece entre los restos de su pasada fortuna. Solo le mantiene vivo el deseo de venganza. 

Durante su match «en el infierno» —como dice uno de los personajes de la novela— Tabori ha empleado una arriesgada variante contra el peón cuatro dama inicial de su adversario, esa variante implicaba el sacrificio de un caballo por dos peones a cambio de una prolongada iniciativa. Gran parte de su victoria se debió al uso de esa variante la cual, dadas las circunstancias en que se jugó en match, permanecía inédita en la práctica magistral. Y ese es el hilo del que tirará Tabori para localizar a Frisch y cobrar su venganza. 

Cubierta de una edición alemana

Tabori entrenará a un prometedor joven, Hans Mayer, le enseñará su variante y le introducirá en el mundo del ajedrez de competición. Siempre que le jueguen peón cuatro dama, le exige, debe jugar la misma defensa que él empleó en Bergen-Belsen, la cual como hemos dicho no era conocida por los profesionales del ajedrez. Pronto los éxitos de Mayer llaman la atención de la prensa especializada y las revistas analizan los méritos y deméritos de su variante. Una de las revistas, que se destaca por sus intentos por refutar la variante en cuestión, la bautiza con el nombre de variante Lünenburg. Frisch, sin quererlo, se ha delatado. Lünenburg, quizá no sea ocioso decirlo, es la ciudad donde se celebró el juicio contra los guardianes del campo de exterminio de Bergen-Belsen en septiembre de 1945 y en el que los principales responsables fueron condenados a muerte, algunos de ellos, Frisch podría ser el caso, in absentia. Lo que resta por decir es que, aunque fuera años después y por mano interpuesta, la sentencia se cumplió.


Cubierta de una edición portuguesa

Desde su publicación, La variante Lünenburg fue comparada con la celebérrima obra de Stefan Zweig Novela de ajedrez (1941) con la que comparte tema —la obsesión con el ajedrez— marco geográfico y cronológico —la Austria del Anschluss o anexión nazi— y también ciertos aspectos técnicos, como puede ser la duplicidad de voces narrativas o la narración in medias res. Pero sobre todo, una reflexión sobre el mal en una de sus manifestaciones más rotundas, sobre la deshumanización y cosificación a la que las víctimas fueron sometidas, reducidas a la mera condición de material fungible al servicio de las necesidades o caprichos de sus captores. Deshumanización que se extiende a los victimarios, capaces de perpetrar las mayores atrocidades imaginables pero incapaces de mostrar la menor empatía para con nadie. Yo añadiría que ambos tienen en común una visión humanista del mundo.

Cubierta de la 1ª edición británica

En este aspecto, Maurensig contribuyó a acuñar (en una obra escrita en conjunto con Riccardo Illy, Polietica: una promessa; Marsilio, Milano, 2003) el término «poliética», acrónimo de ética y política, con el sentido de fusionar la responsabilidad moral de los actos personales con la ciencia política. La poliética consiste en «respetar la escala de valores, primero los generales, luego los particulares, y adoptar una visión a más largo plazo que los mandatos electorales como única manera de aplicar reformas verdaderamente eficaces». Ni que decir tiene que los comportamientos descritos en La variante Lüneburg son la antítesis de la poliética.

La variante Lüneburg ha sido calificada como un libro sobre ajedrez, como un libro sobre el Holocausto, como un libro sobre la venganza... Y sin duda tiene mucho de todas estas cosas, sin embargo, para mí, es un libro sobre la condición humana, sobre lo más sombrío de la condición humana. 

Cubierta de otra edición italiana


FICHA TÉCNICA 

PAOLO MAURENSIG

LA VARIANTE LÜNENBURG
TUSQUETS EDITORES, BARCELONA, 1995
TRADUCCIÓN DE CARMEN ROMERO
                                                                       

1 comentario:

  1. Saludos cordiales. Se trata de un libro descatalogado que busqué en librerías durante años en vano. Al igual que el poco asequible libro de Glavinic "Carl Haffner´s the love of the draw" inspirada en la vida del entrañable maestro austríaco Carl Schlechter.

    ResponderEliminar