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lunes, 8 de abril de 2019

EL JUEGO DE ARCIBEL

El juego de Arcibel es una película argentina de 2003 dirigida por Alberto Lecchi e interpretada por Dario Grandinetti que contiene una serie de curiosas referencias al ajedrez.

Arcibel Alegría (Dario Grandinetti) es un mediocre periodista que está sumido en una honda crisis personal. Su trabajo en el periódico —la columna de ajedrez, el horóscopo y los crucigramas— apenas le dan para mantenerse y menos aún para pasar la pensión a su mujer y poder ver a su hija. Arcibel Alegría vive en Miranda, un país ficticio en el que gobierna con mano de hierro su presidente, el general Hilario Abalorio.

El tablero mal colocado

Un día, los duendes de la imprenta traspapelan una de sus crónicas ajedrecísticas la cual terminó en primera página, como si de un editorial sobre política se tratara. Al ser leída en clave política, su crónica se interpretó como una crítica encubierta al régimen. Esto fue lo que escribió Arcibel Alegría:
El rey negro, asfixiado por los peones blancos, solo espera un milagro para sobrevivir a un reinado que sin duda llegará a su fin al continuar esta partida suspendida hoy en Managua.
Arcibel Alegría se guarda un peón

Quizá es un comentario más literario que técnico, como apunta otro personaje de la película, pero perfectamente inocuo. La policía del régimen, sin embargo, interpretó que el rey negro era el presidente Abalorio y los peones blancos los revolucionarios que amenazaban su mandato. Y Arcibel Alegría no sería sino un subversivo que está clamando por el fin del régimen. Si los gobernantes de por sí ya suelen tener poco sentido del humor, los de las dictaduras no tienen ninguno. Por ello, por comentar una partida aplazada en un campeonato centroamericano, Arcibel Alegría dio con sus huesos en la cárcel.

Divertido comienzo, ¿no? 

Un tablero de ajedrez en una caja de cerillas

Es una lástima que en la primera secuencia en la que se ve un tablero la posición esté mal dispuesta. En este caso han confundido los reyes con las damas. Como podemos ver en la primera fotografía, el rey blanco parece estar en jaque, situación imposible porque mueven las negras, que además adelantan el peón.

Arcibel Alegría se llevará consigo precisamente uno de los peones negros del tablero en el que estaba analizando la partida. Este peón representará en algunas escenas de la película al presidente de la República.

Una pieza fabricada con una cerilla

Como decíamos, Arcibel Alegría ingresa en prisión. Ya sabemos que en las cárceles se juega al ajedrez. «El ajedrez nos quita cárcel» afirmó José Manuel Guerrero, un preso que participó en un programa de reinserción en una prisión de Almería en 1992, en un artículo escrito por Leontxo García para el diario El País. Y Arcibel Alegría pronto se relaciona con Palacios, otro interno apasionado por el ajedrez, que fabrica unos delicados trebejos hecho con cerillas.

Ajedrez en la celda

El tiempo cobra otro sentido cuando se carece de libertad. Alegría y Palacios pactan disputar un match al mejor de quinientas partidas. Con una revancha prevista a otras quinientas. Con Palacios también irá dando forma a una nueva conciencia política.

Los sueños de Arcibel

Y así van transcurriendo los años, jugando al ajedrez en la soledad de la celda, iluminándose solo con velas. Tanto se adueña el ajedrez de Arcibel Alegría, que está presente hasta en sus sueños eróticos.

El peón negro

La muerte de Palacios, que fallece con uno de sus ajedreces artesanales en la mano mientras pensaba una de las jugadas de sus partidas nocturnas, deja aún más solo a Arcibel Alegría.

A la luz de las velas

La dictadura, con el tiempo, se ablanda un poco. Se produce un simulacro electoral y en un intento de lavar la cara al régimen se concede una amnistía general. Pero no para Arcibel Alegría, un error burocrático lo deja en la cárcel. «Parece ser que los ajedrecistas seguimos siendo peligrosos», dice desencantado.

Solo, sin ajedrez, Arcibel Alegría inventará su propio juego. Un juego de estrategia que se desarrolla sobre el territorio a la par que sobre el tablero de juego. Un juego de estrategia cuyas consecuencias se verán en el mundo real.

La muerte de Palacios

ENTRADAS SOBRE EL AJEDREZ EN LAS CÁRCELES EN ARTEDREZ

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