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viernes, 14 de diciembre de 2018

LAS PIEZAS EMBRUJADAS

Aunque lo parezca, aunque todo se confabule para nominarlo como tal, el ajedrez no es un juego. Puede ser, según los ángulos de enfoque, un rito, una pasión cabalística o una lucha simbólica del hombre con el fatalismo y con el tiempo en que se cumple su destino. Pero no es un Juego.
La cita precedente es el colofón de Las piezas embrujadas: el ajedrez como rito, un texto del escritor y artista colombiano Héctor Rojas Herazo (1921-2002) redactado el emblemático año de 1968. En él Rojas dice del ajedrez cosas como que es «la filosofía de la lucha», «un idioma capacitado para legar modelos antológicos» o «una cátedra depurada de lógica». El ajedrez es como la música, es como el arte. Sus mejores intérpretes están a la altura de los grandes de su época, Philidor juega en la misma categoría que Watteau, Mozart o Leibniz; Anderssen comparte mesa con Hölderlin; Nimzovitch con Odilon Redon, Gerard de Nerval o E.T.A. Hoffmann...

El texto termina depositando su esperanza en el crecimiento del ajedrez colombiano que «había sido cultivado con el orgullo de un vicio solitario» en «cuevas malolientes llenas de humo». Que los nuevos valores, Cuéllar, Cuartas, de Greiff, puedan llegar a ser noticia.

El texto completo pueden leerlo en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes siguiendo este enlace.

FICHA TÉCNICA
HÉCTOR ROJAS HERAZO
LAS PIEZAS EMBRUJADAS: EL AJEDREZ COMO RITO
BOLETÍN CULTURAL Y BIBLIOGRÁFICO; VOL. 11, Núm. 10 (1968)

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