No podemos vivir sin el cosmos (Мельница Melintsa Animation Studio, 2014) es un hermoso y triste cortometraje de animación del ruso Konstantin Bronzit (1965) que fue nominado a los premios Óscar de 2016 en la categoría de mejor cortometraje animado.
Cuenta la historia de dos cosmonautas que se entrenan duramente para ser seleccionados para tripular una misión espacial.
Amigos desde la infancia, entretienen sus escasos momentos de ocio jugando partidas rápidas de ajedrez en la habitación que comparten en el centro de entrenamiento.
El cortometraje es un canto a la amistad, a las ilusiones compartidas, pero también al dolor de la separación, al dolor de la soledad y al anhelo de un espacio propio que viene simbolizado en este caso por el cosmos.
El cortometraje contiene una hermosa metáfora relacionada con el ajedrez. Una partida ha quedado inconclusa pero el reloj sigue corriendo... Cuando la bandera cae, un terrible accidente sucede...
No hay comentarios:
Publicar un comentario