Collage de la artista canadiense Tatiana Ianovskaia cuya obra se desarrolla en grandes series temáticas, una de las cuales tiene como fuente de inspiración el universo de Lewis Carroll. Sobre la base de un autorretrato del propio Carroll, la Ianovskaia representa algunos de los temas más queridos del autor: los relojes, los espejos y, por supuesto, el ajedrez.
La obra de hoy ilustra el poema conocido como «Niña de frente pura», de la novela de Lewis Carroll A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, y que está situado dentro del libro entre el prefacio del autor y el primer capítulo.
El poema es el siguiente, en la traducción que Eduardo Stilman hizo para la editorial Corregidor de Buenos Aires en 1976
¡Niña de frente despejada y pura,
y ojos ensoñadores de maravilla!
Aunque el tiempo vuele, y tú y yo
estemos separados por media vida,
tu amorosa sonrisa seguramente aceptará
el don de amor de un cuento de hadas.
No he visto tu rostro resplandeciente,
ni he escuchado tu risa argentina;
no habrá un pensamiento para mí
en el futuro de tu joven vida...
Ya es bastante que ahora quieras
escuchar mi fantástica historia.
Una historia iniciada en otros días,
cuando ardían los soles del verano...
una canción simple, que servía para marcar
el ritmo de nuestros remos...
Cuyos ecos viven aún en la memoria,
aunque los años envidiosos inviten al olvido.
¡Ven, escucha entonces, antes que la voz del miedo
cargada de crueles nuevas,
convoque al desagradable lecho
a una melancólica doncella!
Sólo somos niños más viejos, querida,
que nos agitamos ante la cercanía de la hora de dormir.
Afuera el hielo, la enceguecedora nieve,
el extravagante delirio del viento tormentoso.
Adentro, el rojo resplandor del fuego
y la alegre guarida de la infancia.
Las palabras mágicas te protegerán:
no notarás la enloquecida ráfaga.
Y, aunque la sombra de un suspiro
pueda temblar a través de la historia,
por "los felices días del verano" idos
y la desaparecida gloria del estío...
Ese fúnebre soplo no mancillará
el deleite de nuestro cuento de hadas.
¡Niña de frente despejada y pura,
y ojos ensoñadores de maravilla!
Aunque el tiempo vuele, y tú y yo
estemos separados por media vida,
tu amorosa sonrisa seguramente aceptará
el don de amor de un cuento de hadas.
No he visto tu rostro resplandeciente,
ni he escuchado tu risa argentina;
no habrá un pensamiento para mí
en el futuro de tu joven vida...
Ya es bastante que ahora quieras
escuchar mi fantástica historia.
Una historia iniciada en otros días,
cuando ardían los soles del verano...
una canción simple, que servía para marcar
el ritmo de nuestros remos...
Cuyos ecos viven aún en la memoria,
aunque los años envidiosos inviten al olvido.
¡Ven, escucha entonces, antes que la voz del miedo
cargada de crueles nuevas,
convoque al desagradable lecho
a una melancólica doncella!
Sólo somos niños más viejos, querida,
que nos agitamos ante la cercanía de la hora de dormir.
Afuera el hielo, la enceguecedora nieve,
el extravagante delirio del viento tormentoso.
Adentro, el rojo resplandor del fuego
y la alegre guarida de la infancia.
Las palabras mágicas te protegerán:
no notarás la enloquecida ráfaga.
Y, aunque la sombra de un suspiro
pueda temblar a través de la historia,
por "los felices días del verano" idos
y la desaparecida gloria del estío...
Ese fúnebre soplo no mancillará
el deleite de nuestro cuento de hadas.
FICHA TÉCNICA
TATIANA IANOVSKAIAILUSTRACIÓN PARA «A TRAVÉS DEL ESPEJO Y LO QUE ALICIA ENCONTRÓ ALLÍ», 2007
COLLAGE EN PAPEL SOBRE PAPEL. 20,32 x 25,40 cm.
COLECCIÓN PARTICULAR
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