Hoy ARTEDREZ cumple diez años. Y he pensado que es el momento adecuado para rendir un pequeño homenaje familiar.
Que el ajedrez se juega habitualmente en los sets de rodaje para entretener las múltiples pausas que hay en los rodajes, y que se juega mucho, es algo que el lector habitual del blog sabe perfectamente. Bajo la etiqueta «Ajedrez en el set» hemos publicado ya 17 entradas sobre este tema y son muchas más las que esperan y poco a poco irán saliendo en estas páginas.
Este tema, además, me resulta particularmente querido por lo que van a leer a continuación. Todas las fotografías que siguen tienen en común la figura de un joven maquillador que hoy va a ser protagonista por encima de las estrellas con las que comparte tablero. Se llamaba Mariano García Rey y era mi padre. Como no se trata de escribir su biografía, aunque bien la merecería, digamos simplemente que amaba el ajedrez, sentía una desaforada pasión por los libros y reaccionaba con inquietud y rechazo ante cualquier forma de autoritarismo. Como dice un gran amigo mío, la genética no perdona. Con él aprendí a jugar al ajedrez y él me compró mi primer libro («Corazón» de Edmundo de Amicis). Supongo que no tengo que dar pruebas de mi amor por el ajedrez ni de mi pasión por los libros. Les confieso, además, que la autoridad me causa recelo e inquietud. No podía desear, sin embargo, una herencia mejor.
Antes de que me deje llevar por la emoción, pasen y vean esta personal galería.
Ambas fotografías corresponden a pausas en el rodaje de «El fabuloso mundo del circo» (Circus World. Henry Hathaway; Bronston Productions, 1964). Durante el rodaje de esta película mi padre y John Wayne disputaron decenas de partidas. La primera de las fotografías de arriba, firmada por Swarbrick, se publicó en la revista Time el 17 de enero de 1964 con el siguiente texto.
Con 1,93 de estatura, le saca 20 centímetros al otro tipo. Pero el músculo no importa. John Wayne, 56 años, está jugando al ajedrez. «Estoy loco por este juego», confesó el Duque mientras descansaba entre escenas en el madrileño set de Circus World. «Ajá» dijo un reportero, «esto encaja con los rumores que dice que quiere cambiar de imagen». «¿Qué hijo de perra ha dicho esto?», masculló Wayne. «¿Quién quiere arruinar mi carrera? Un tipo duro que está con los buenos, ese soy yo. Si empiezo a hacer otra cosa, el espectador no se lo creerá. Cosas simples, sin matices». Habiendo dejado esto claro, Wayne regresó al tablero para descubrir que había recibido mate. «¿Ves lo que quiero decir?», añadió.Así pues, papá ganó.
La otra fotografía, que pertenece a mi colección particular. permanecía, por lo que sé, inédita hasta el día de hoy. Tengo dudas de si es del mismo fotógrafo o de Gianni Ferrari, un habitual en la foto fija de las producciones de la época.
Pese a la reconocida afición de John Wayne al ajedrez, hoy es la primera vez que se asoma a ARTEDREZ. No será la última.
La fotografía de arriba pertenece al rodaje de «Krakatoa, al este de Java» (Krakatoa, East of Java. Bernard L. Kowalsky; American Broadcasting Company, 1968). A bordo del Batavia Queen, el barco que capitaneaba el capítán Hanson en la película, Maximilian Schell y mi padre disputan una partida de ajedrez con el juego, que aún conservo, en el que yo había aprendido a mover las piezas solo unos pocos años antes.
Ignoro el nombre del fotógrafo y creo que esta foto también ha permanecido inédita hasta el día de hoy.
Maximiliam Schell ya ha aparecido en ARTEDREZ al hablar de la película de J. Lee Thompson «Una llamada a las 12» (Return from the Ashes, 1965)
La última fotografía pertenece al rodaje de «Fuga sin fin» (The Last Run. Richard Fleischer, John Huston. Metro Goldwyn Mayer, 1971). Esta fotografía, firmada por Antonio Luengo, y en la que se ve a mi padre jugando contra George C. Scott en presencia de George D., el padre del actor, fue publicada en la revista Time el 22 de marzo de 1971 dentro de un artículo dedicado a glosar la figura de Scott.
Scott también ha salido ya en ARTEDREZ. Jugando en 1970 en el set de Jane Eyre y enfrentándose a Kubrick en «Teléfono rojo: volamos hacia Moscú» (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb) de 1964
Feliz cumpleaños, espero seguir leyéndoos muchos, muchos mas
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ResponderEliminarGracias.
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