Nota previa. En esta entrada se va a destripar el relato sobre el que se va a hablar. Vamos, que está llena de spoilers, como parece que se dice ahora. Aconsejo al lector interesado que se dirija a la biblioteca pública que le quede más cercana y lea el libro antes de hacer lo propio con la entrada de hoy.
Bernhard Schlink es un jurista y escritor alemán cuya producción literaria le ha granjeado un enorme éxito entre los lectores y la crítica, obteniendo numerosos premios por sus novelas. Popularidad que la adaptación de varias de sus obras para el cine no ha hecho sino acrecentar.
Uno de los temas preferidos de Schlink es la memoria, sobre todo la reflexión sobre la historia reciente de Alemania, los encontrados sentimientos que la generación posterior al nazismo tiene sobre su propia historia: la culpa, la incomprensión, el desprecio hacia la forma de actuar de sus mayores o a su silencio.
También el amor ocupa un lugar central en sus obras: amores extravagantes, amores imposibles, amores peligrosos, amores secretos.
Y sobrevolandolo todo: el ajedrez. El propio autor se reconoce aficionado al juego: "disfruto jugando, disfruto estudiando y también disfruto pensando sobre la mentalidad de los ajedrecistas" confesó en una entrevista concedida a Christinna Patterson para el diario The Independent y publicada el 22 de Octubre de 2004. En la misma entrevista aclara que su estilo tiene algo que ver con el juego: "una pasión por la precisión, por la claridad, por la belleza que surge de esa precisión".
En muchas de sus obras encontramos gente que juega al ajedrez, incluso profesionales, y el juego está muy presente como actividad cotidiana de los personajes que aparecen.
Un relato corto en el que confluyen todos los aspectos tratados, la memoria, el amor y el ajedrez, es "El otro" que está incluido en la colección de cuentos "Amores en fuga".
Comienza "El otro" con el fallecimiento de la mujer del protagonista. Este, recientemente jubilado, se queda solo con sus recuerdos. Los días pasan monótonamente entregado a dar largos paseos, a resolver algún problema de ajedrez, a beber y a recordar constantemente a su mujer.
Un día descubre en el buzón una carta dirigida a ella; la abre maquinalmente y lee una carta de amor que un desconocido dirigía a su esposa. Así que no estuvieron solo Él y Ella, hubo también un Otro. Lacerado por los celos, revuelve entre los papeles de su mujer y encuentra más cartas del Otro. El hecho de que su mujer hubiera mantenido una aventura, y sobre todo, que de las cartas se desprendiera que su mujer tenía un carácter y una forma de comportarse que a él le resultaban ajenas, en definitiva, que dentro de su mujer hubo alegrías y penas que le eran totalmente desconocidas y que por lo tanto no la había conocido realmente, le inducen a buscar al Otro y vengarse de él de alguna forma.
Se traslada a la ciudad donde vive el Otro y acecha su domicilio hasta que le identifica. Le sigue y ve como el Otro se detiene en un bar y pide una consumición y un tablero de ajedrez y se pone a reproducir una partida de un libro. Él ha encontrado la clave que le permitirá conocer al Otro.
Al día siguiente, cuando llegó el otro, él ya estaba sentado delante de un tablero de ajedrez jugando una partida de Keres contra Euwe.
-¿Indio? -le preguntó el otro, que se había quedado de pie mirando.
-Sí.
Mató un peón negro con una torre blanca.
-Las negras tienen que sacrificar la reina.
-Eso mismo pensó Keres.
Mató la torre blanca con la reina negra y ésta con la blanca. Se levantó.
-Permítame que me presente.
El hecho de que dos aficionados al ajedrez, aunque no se conozcan de nada, si hay un tablero de por medio, se vean atraídos por el más poderoso de los imanes había permitido a Él entablar contacto con el objeto de su venganza.
LLegados a este punto y dado que, según propia confesión, a Schlink le gusta estudiar ajedrez, he pensado que, por los datos concretos que se ofrecen en el texto, la partida de la que se habla en el relato podría ser real. Después de una somera búsqueda he encontrado una, la novena que disputaron Max Euwe y Paul Keres en el match que les enfrentó en 1939, que parece reunir los requisitos adecuados. La posición clave en la que el Otro comienza a hablar sería la representada en el siguiente diagrama:
La partida entera se desarrolló como sigue:
MAX EUWE vs. PAUL KERES
HOLANDA, 1939
DEFENSA INDIA DE DAMA
1. d4 Cf6 2. c4 e6 3. Cf3 b6 4. g3 Ab7 5. Ag2 Ae7 6. O-O O-O 7. Cc3 Ce4 8. Dc2 Cc3
9. Dc3 d6 10. Dc2 f5 11. Ce1 Dc8 12. e4 Cd7 13. d5 fe4 14. De4 Cc5 15. De2 Af6 16. Ah3 Te8 17. Ae3 Dd8 18. Ac5 ed5 19. Ae6 Rh8 20. Td1 dc5 21. Cg2 d4 22. f4 d3
En esta posición: Mató un peón negro con una torre blanca.
23. Td3
-Las negras tienen que sacrificar la reina.
-Eso mismo pensó Keres.
Mató la torre blanca con la reina negra y ésta con la blanca.
23. ... Dd3 24. Dd3
La partida terminó así:
24.... Ad4 25. Tf2 Te6 26. Rf1 Tae8 27. f5 Te5 28. f6 gf6 29. Td2 Ac8 30. Db3 Tf5
31. Cf4 Te3 31. Db1 Tf3 32. Rg2 Tf4 33. gf4 Tg8 34. Rf3 Ag4 35. Re4 Te8 36. Rd5 Af3 0-1
El fragmento que reproducimos más arriba merece aún otro comentario. Supongo que la pregunta ¿Indio? que el Otro dirige al protagonista es un comentario a algún aspecto del juego que se está reproduciendo. Probablemente se refiera a que la apertura realizada en la partida había comenzado con una de las llamadas defensas indias. La partida entre Euwe y Keres que propongo como modelo se desarrolló precisamente con una de ellas: la Defensa India de Dama.
Él decide ocultar al Otro que la mujer que ambos amaban ha muerto, es más le induce a creer que quiere volver a verle y que está pensando en visitarle en breve. El Otro decide organizar un banquete de bienvenida en el que invitará a todos sus amigos.
Él, que ha intimado con el Otro, le ayuda en sus preparativos. Poco a poco va descubriendo que el Otro es un pobre diablo que ha fracasado en todo lo que ha emprendido pero intenta disimularlo. Un desgraciado, arruinado y solitario, que finje estar trabajando en grandes negocios, que se viste atildadamente y gasta maneras de gran señor, pero tiene que pedir prestado para poder tomarse un café. Así que piensa que el momento adecuado para vengarse sería el día del banquete, desenmascararlo delante de todos sus amigos y revelarle la muerte de su amada constituiría una contundente venganza.
Pero como con el roce nace el cariño, Él comienza a ver al verdadero Otro. Un hombre que solo ve cosas buenas en los demás, que admira a sus amigos pese al desprecio evidente de algunos, que encuentra hermosas a las mujeres, que sigue soñando con una vida mejor aunque viva en un presente desolado y solitario. Él entiende que amaban a la misma mujer y que esta mujer no era diferente en su trato con él a lo que era en su trato con el Otro, era la mirada del Otro, siempre empeñado en ver lo bueno, la que la engrandecía, mientras que su mirada amargada la empequeñecía.
Abandona la idea de vengarse y revela al Otro que Ella (Lisa) ha muerto. El banquete de bienvenida se transforma en banquete fúnebre. Los amigos se reunen y todos brindan por el recuerdo de Ella. El libro termina cuando uno de los invitados, un antiguo campeón de ajedrez que había bebido en exceso, se levanta y declara que cuando termine el libro sobre una apertura de peón de dama que está preparando la llamará la apertura Lisa.
Él decide ocultar al Otro que la mujer que ambos amaban ha muerto, es más le induce a creer que quiere volver a verle y que está pensando en visitarle en breve. El Otro decide organizar un banquete de bienvenida en el que invitará a todos sus amigos.
Él, que ha intimado con el Otro, le ayuda en sus preparativos. Poco a poco va descubriendo que el Otro es un pobre diablo que ha fracasado en todo lo que ha emprendido pero intenta disimularlo. Un desgraciado, arruinado y solitario, que finje estar trabajando en grandes negocios, que se viste atildadamente y gasta maneras de gran señor, pero tiene que pedir prestado para poder tomarse un café. Así que piensa que el momento adecuado para vengarse sería el día del banquete, desenmascararlo delante de todos sus amigos y revelarle la muerte de su amada constituiría una contundente venganza.
Pero como con el roce nace el cariño, Él comienza a ver al verdadero Otro. Un hombre que solo ve cosas buenas en los demás, que admira a sus amigos pese al desprecio evidente de algunos, que encuentra hermosas a las mujeres, que sigue soñando con una vida mejor aunque viva en un presente desolado y solitario. Él entiende que amaban a la misma mujer y que esta mujer no era diferente en su trato con él a lo que era en su trato con el Otro, era la mirada del Otro, siempre empeñado en ver lo bueno, la que la engrandecía, mientras que su mirada amargada la empequeñecía.
Abandona la idea de vengarse y revela al Otro que Ella (Lisa) ha muerto. El banquete de bienvenida se transforma en banquete fúnebre. Los amigos se reunen y todos brindan por el recuerdo de Ella. El libro termina cuando uno de los invitados, un antiguo campeón de ajedrez que había bebido en exceso, se levanta y declara que cuando termine el libro sobre una apertura de peón de dama que está preparando la llamará la apertura Lisa.
FICHA TÉCNICA
BERNHARD SCHLINK
EL OTRO (EN "AMORES EN FUGA")
ANAGRAMA. BARCELONA, 2002
TRADUCCIÓN DE JOAN PARRA CONTRERAS
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar