El cuadro es obra de Sergio Alessandro Ughi, pintor italiano nacido en 1951, y aparentemente reproduce, con una técnica cercana al hiperrealismo, una apacible escena doméstica: una pareja disputa una partida de ajedrez mientras un niño juega con los trebejos capturados y el minino aprovecha las circunstancias para hacer de las suyas. Sin embargo, el autor ha pretendido dotar de un contenido simbólico a la escena representada. Vamos a ver, en boca del propio pintor, lo que representa el cuadro.
La actuación de Fischer en éste campeonato, que tenía la condición de zonal clasificatorio para el siguiente ciclo del campeonato del mundo, fue extraordinaria: +11 –0 =0. Esta partida causó una honda impresión entre los participantes del torneo. Posteriormente, el propio Byrne, al comentar la partida para la revista Chess Life, dijo: «estaba preguntándome por qué Bobby habría elegido una continuación tan evidentemente mala como 18... Cd1 cuando efectuó la brillante 18... Cg2!! Entonces comprendí que Bobby no estaba interesado en ganar material sino que el objetivo de su ataque era el rey blanco. Este asombroso movimiento provocó una conmoción... La combinación era tan profunda que, en el momento en que yo abandoné, dos grandes maestros que estaban comentando la partida para los espectadores en una habitación contigua pensaron que yo había ganado».
Fischer obviamente quedó muy contento con la partida y posteriormente la incluyó en su libro Mis 60 mejores partidas. Prácticamente no hay antología de las mejores partidas del siglo XX que no la incluya en su selección. Si algún lector desea profundizar en su análisis, la partida está extensamente comentada en el tomo 4 de Mis geniales predecesores de Garry Kasparov o en la página web de A.J. Goldsby.
Un mate ya inevitable obliga al jugador de las blancas al abandono. La jugadora de las negras observa con aire duro e indiferente a los espectadores mientras el niño, proyección de un esperable renacimiento espiritual, juega melancólicamente con el alfil blanco. El gato, que junto con el ajedrez representa el elemento mágico-simbólico del cuadro, provoca la caída de los cosméticos del bolso de la jugadora, revelando su auténtica naturaleza hipócrita. La lectura del cuadro permite también interpretarlo como una alegoría clásica que identifique a la jugadora negra con la muerte. Por ultimo diré que el cuadro lanza una tímida advertencia: con demasiada frecuencia la conciencia de lo que acontece a nuestro lado nos ilumina sólo cuando ya no se puede hacer nada, pero como nos enseña el real juego, si no podemos refutar un mate, tenemos el deber de al menos comenzar una nueva partida.El cuadro, además, esconde un guiño dedicado al espectador aficionado al ajedrez. La posición representada corresponde a la que se dio después de la vigésimo primera jugada de las negras en la partida que disputaron Robert Byrne y Bobby Fischer en el campeonato de los EE.UU. de 1963.
La actuación de Fischer en éste campeonato, que tenía la condición de zonal clasificatorio para el siguiente ciclo del campeonato del mundo, fue extraordinaria: +11 –0 =0. Esta partida causó una honda impresión entre los participantes del torneo. Posteriormente, el propio Byrne, al comentar la partida para la revista Chess Life, dijo: «estaba preguntándome por qué Bobby habría elegido una continuación tan evidentemente mala como 18... Cd1 cuando efectuó la brillante 18... Cg2!! Entonces comprendí que Bobby no estaba interesado en ganar material sino que el objetivo de su ataque era el rey blanco. Este asombroso movimiento provocó una conmoción... La combinación era tan profunda que, en el momento en que yo abandoné, dos grandes maestros que estaban comentando la partida para los espectadores en una habitación contigua pensaron que yo había ganado».
Fischer obviamente quedó muy contento con la partida y posteriormente la incluyó en su libro Mis 60 mejores partidas. Prácticamente no hay antología de las mejores partidas del siglo XX que no la incluya en su selección. Si algún lector desea profundizar en su análisis, la partida está extensamente comentada en el tomo 4 de Mis geniales predecesores de Garry Kasparov o en la página web de A.J. Goldsby.
A continuación, para deleite del esforzado lector que haya llegado hasta aquí, veamos la partida en cuestión que fue galardonada con el premio de belleza del torneo.
Robert Eugene Byrne - Robert James Fischer
D71 Defensa Grünfeld
Nueva York, 1963
1. d4 Cf6 2. C4 g6 3. g3 c6 4.Ag2 d5 5. cd5 cd5 6.Cc3 Ag7 7.e3 O-O 8. Cge2 Cc6 9. O-O b6 10. b3 Aa6 11. Aa3 Te8 12. Dd2 e5 13. de5 Ce5 14. Tfd1 Cd3 15. Dc2 Cf2 16. Rf2 Cg4 17. Rg1 Ce3 18. Dd2 Cg2 19. Rg2 d4 20. Cd4 Ab7 21. Rf1 Dd7
Y en esta posición, que es la representada en el cuadro, Byrne abandonó.
FICHA TÉCNICA
SERGIO ALESSANDRO UGHI
EL BLANCO ABANDONA (IL BIANCO ABBANDONA, 2.002)
ÓLEO SOBRE TELA (114X146 cm.)
COLECCIÓN PARTICULAR
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